La digitalización de la banca dominicana es una realidad. Los avances tecnológicos en el sector financiero trajeron consigo un sin número de beneficios para los usuarios. De hecho, su adopción permitió durante 2022 el acceso a productos y servicios de manera cien por ciento digital. Una de esas novedades implementadas fueron las firmas digitales.
De acuerdo con el Ranking de Digitalización 2022, realizado por la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, el 56% de las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) en el país utilizan la firma electrónica para uso interno o para uso de los clientes en la firma de contratos.
Si bien se trata de avances, aquí es donde habría que aclarar que todas las firmas digitales son electrónicas, pero no todas las firmas electrónicas son digitales.
Firma ¿digital o electrónica?
Aunque sus principales diferencias tienen que ver con el tipo de tecnología que usan y su nivel de seguridad, hay diferencias a resaltar. Mientras la firma digital es un término técnico que define el resultado de un proceso criptográfico o algoritmo matemático que se puede utilizar para autenticar una secuencia de datos, cuando se habla firma electrónica, se hace referencia a un término legal que se define legislativamente.
Dicho lo anterior, lo que habría que tener claro es que una firma digital es un tipo de firma electrónica que es segura y se puede autenticar. Para la Administración Monetaria y Financiera (AMF), habilitar la innovación y los canales tecnológicos son una prioridad, sin menoscabo de la seguridad de la información, de la protección de los usuarios ni de la protección de la integridad del sistema financiero.
Según el informe antes mencionado, esa voluntad se manifiesta en acciones e iniciativas como el uso de la firma electrónica y la circular de onboarding digital, entre otras.
Firme aquí, por favor…
Las firmas digitales son importantes porque son legalmente exigibles al igual que una firma manuscrita. En otras palabras, se utilizan como medida de ciberseguridad para cifrar un documento para garantizar su autenticidad.
Según la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), “las firmas digitales crean una huella digital virtual que es única para una persona o entidad. Se utilizan para identificar a los usuarios y proteger la información en mensajes o documentos digitales. En los correos electrónicos, el contenido en sí se convierte en parte de la firma digital”.
En definitiva, la seguridad es el principal beneficio de las firmas digitales. Las capacidades integradas en las firmas digitales garantizan que un documento no se altere y que las firmas sean legítimas.
Al igual que en República Dominicana, el sector financiero de EE. UU. utiliza firmas digitales para contratos, banca sin papel, procesamiento de préstamos, documentación de seguros, hipotecas y más.
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En general, la industria bancaria se está moviendo agresivamente hacia las firmas digitales. Esa es la razón por la cual son cada vez más comunes en los servicios financieros, especialmente para actividades que se pueden realizar de forma remota. Esto incluye préstamos para automóviles, solicitudes de tarjetas de crédito y otros contratos.
Usos
El uso de esta herramienta evita que los documentos no auténticos se presenten como reales porque están vinculados a un firmante específico. También puede proteger contra cambios no autorizados en documentos y contra pérdida o destrucción. Un certificado digital obtenido de una autoridad de certificación legítima ayuda a garantizar esta seguridad.
La firma digital también se usa para erradicar la falsificación y otros tipos de fraudes, incluido el fraude interno, mediante el uso de infraestructura de clave pública para garantizar la legitimidad de un documento.