A pesar de los avances tecnológicos, la filtración de datos es un delito cada vez más frecuentes. Solo en el primer semestre de 2019 unas 3.800 infracciones llevaron a que 4.100 millones de registros de datos se vieran comprometidos en todo el mundo de acuerdo con Forbes. La cifra pareció haberse más que duplicado solo en la primera semana de abril de 2021.
Para esa fecha, el mundo se despertó sobresaltado ante otro episodio de filtración de datos personales. Para ser más exactos, se trató de un total de 533 millones de usuarios de Facebook en más de 100 países, de acuerdo con Statista.
Si bien no es la primera vez que esta plataforma experimenta este tipo de episodios, ese fue uno de los caso más preocupantes por el volumen y la tiplogía de los datos filtrados.
Antes de que gritar: “¿Por qué a mí?”…
A pesar de las políticas, procedimientos y herramientas de seguridad actualmente en uso, de acuerdo con una investigación realizada por la empresa Cisco, los empleados de todo el mundo exhiben conductas arriesgadas que ponen en peligro los datos personales y empresariales. Es decir, estas filtraciones no siempre estan ejecutadas con la intención de hacer daño a los afectados. En todo caso, hay una serie de pasos a seguir para revertir o reducir las posibilidades de que la situación vaya a peor. Primero:
- Averiguar qué datos estan comprometidos. Por seguridad, es mejor que por defecto consideremos comprometido cualquier dato que hayamos podido compartir con la empresa. Desde el usuario, la contraseña y el correo electrónico, hasta cualquier otra información, como datos de la tarjeta bancaria, número de teléfono o incluso nuestra dirección personal.
Si te preocupa saber qué tanto saben las empresas de tí, debes saber que tienes derecho a obtener toda la información que una compañía de servicios online tenga sobre ti.
- Cambia o actualiza contraseñas. Si se filtra, cualquier atacante puede acceder a la cuenta afectada y a todas aquellas en las que se usen la misma contraseña. Con este dato, por ejemplo, podrían hacerse pasar por nosotros en redes sociales o realizar compras online a nuestro cargo.
- Correo electrónico o número de teléfono. Es recomendable que cuando te registres en compañías de riesgo o que podrían ser blancos de ataques, utilices correos electrónicos alternativos y números de teléfono temporales, siempre que sea posible. Así, te ahorras publicidad no deseada y los riesgos de este tipo de filtraciones.
- Nombre, apellidos, dirección o documentos de identificación personal. Si esta información se ha filtrado, la sugerencia es hacer búsquedas constantes de tu nombre y apellidos en Internet para encontrar perfiles falsos o actividad sospechosa.
- Datos bancarios. Notificar al banco para que evalúen el riesgo y puedan tomar las medidas oportunas, como anular la tarjeta bancaria e identificar posibles actividades sospechosas.
- Denunciar el incidente. Es de suma importancia para que quede constancia en caso de que en un futuro un tercero haga un uso ilegítimo de dicha información.
¿Qué hacer ante una filtración de datos?
Debes recopilar todas las pruebas que puedas y acudir al Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología. Asimismo, debe indagarse en caso de que la empresa donde se tenía alojada la información haya cometido una negligencia o un incumplimiento del contrato al no proteger debidamente nuestra privacidad.
Si desconfías de la compañía a la que proporcionas datos personales, puedes comprobar periódicamente si tus datos han sido filtrados.
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